Según él mismo cuenta, Luis Hernández ha vivido la mayor parte de sus 27 años entregado a una vocación, la moda, tan genuina como intensa.
A la par de sus cursos de diseño de indumentaria en la FADU, hizo sucesivos trabajos en producción y estilismo, y pronto creó su propia marca, para la que
cuenta con un equipo de trabajo reducido a lo esencial y el sostén fiel y seguro de una clientela confidencial, cuyas predilecciones y expectativas sigue de cerca.
Dado que, como se ve, Hernández, Luli en familia y en las redes, practica el diseño desde la experiencia personal más directa, podría decirse que la suya es moda autobiográfica.
Nacido y criado en un pueblo de 2500 habitantes y a 320 kilómetros de distancia, es decir a años luz de las vidrieras y percheros porteños, que lleva el nombre rutilante de, El Triunfo, el joven creador no podía menos que bautizar así a su primera colección, fértil en telas sastreras y perfiles camperos.
Luego tuvo lugar Puntos Cardinales, que reprodujo su impronta y su vocación inclusiva.
Su vida en la gran ciudad, dio paso a Asfalta, en la que trasladó su experiencia urbana en un repertorio que incluía, entre otros modelos sin distinciones de género, remeras, minivestidos y pantalones cargo de amplitudes palazzo, en colores vibrantes, de onda after hours.
“La silueta oversized, cómoda al máximo, y otras tipologías vienen de álbumes familiares y de charlas con mi madre,” dice. Y agrega: “También los tejidos, ya sea de punto, artesanales dos agujas, o bien con knittax son parte de mi ADN, ya que mi madre y mi abuela tejieron toda la vida. Aprendí mucho de ellas.”
Ahora, se apresta a presentar El Triunfo Reloaded, la colección surgida de su retorno, en el contexto de la pandemia, al pueblo de origen y guiada por los principios de la moda consciente. Compuesta de clásicos pantalones de corte ancho, camisas de cuello, ruanas y sacos, los materiales empleados son el algodón Chaco, el lino – orgánicos ambos, los hilados sin crueldad animal, y descartes textiles.
Los accesorios -collares, aros, prendedores- confeccionados con elementos heterodoxos, cordones de colores y piezas metálicas obsequiadas por el ferretero local.
Luis Hernández es una marca que se caracteriza por su confección, la cual es realizada por costureras locales de la comunidad, resignificando así, el oficio artesanal. Cuenta también con la colaboración de Jony, muestrista, que se ocupa actualmente de la producción.
La clave está en la moldería que ha logrado después de muchos años de investigación y de recursos constructivos. La misma permite que todas las tallas puedan adaptarse, elásticos y botones mediante, hasta a dos medidas superiores, en consonancia con la tan resistida ley de talles. Sus prendas valen para todos los cuerpos, géneros y edades.
Realiza colectas y búsquedas activas en tiendas vintage de camisas, blazers y pantalones para desarmar y crear nuevos diseños. Emplea técnicas de estampación natural con teñidos de frutas, flores, y hortalizas, cochinilla, cúrcuma, te, café y yerba. Las etiquetas y los avíos son confeccionadas a partir de desperdicios de lámparas de acrílico.
La misión es ofrecer prendas duraderas, atemporales y aptas para toda estación.